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Psicoanálisis y Economía

lunes, 19 de agosto de 2013

Violencia e inseguridad


Sebastián Plut

Cuando se habla de la “inseguridad” suelen dejarse afuera ciertos hechos, como por ejemplo, el reciente asesinato de Ángeles Rawson, o los crímenes pasionales, etc.
Así, ante un crimen, alguien puede decir: “este no fue un hecho de inseguridad, sino que a tal persona lo mató un conocido”.

Pareciera que esta suerte de “clasificación” permite identificar violencias que serían diferentes.
Una de las supuestas diferencias es que ciertas violencias pertenecerían al puro ámbito privado mientras que otras parecen corresponder al mundo público. De hecho, cuando algún grupo social reclama “seguridad”, lo hace específicamente por sucesos de este último grupo.

Algo similar ocurre cuando se alude al genérico “delitos”. Cuando la prensa o “la gente”, protesta o se alarma por el aumento de los “delitos”, suele aludirse, por ejemplo, a los robos en la calle, el ingreso de ladrones a un domicilio o algún otro tipo de hecho similar. No suelen incluirse aquí, por ejemplo, las estafas comerciales, la evasión impositiva, el trabajo en negro, el maltrato laboral, entre otras tantas alternativas.

La pregunta que me hago, pues, es doble: por un lado, si es en un todo razonable distinguir de este modo los tipos de violencia (si me roba un desconocido por la calle y si me roba un socio, una empresa, etc.) como si una fuera más inherente a la “inseguridad” que la otra.
Si bien acuerdo en que es importante advertir los diferentes matices propios de situaciones disímiles, ya que “no todo es lo mismo”, no creo que, a los efectos de entender los grados de violencia en una sociedad, podamos separar tan claramente unos y otros sucesos.

Dicho esto, el segundo interrogante es el siguiente: ¿qué es lo que hace que las manifestaciones sociales –independiente de su magnitud- protesten solo por un sector específico y acotado de los hechos de violencia? ¿Acaso hay más robos callejeros que estafas comerciales por ejemplo?

No podría dar una explicación de esto pero sí, al menos, ensayar una aproximación.
Los delitos que forman parte de la denominada “inseguridad” y por los que un sector de los ciudadanos se manifiesta, tienen dos aspectos diferenciales:
a) suelen suceder en la vía pública (si es un domicilio, igualmente se llega desde la vía pública);
b) los comete un sujeto que no es “conocido mío” (amigo, pariente, cliente, proveedor, empleador, etc.).

En síntesis, el reclamo de mayor seguridad no consiste meramente en el pedido y/o propuesta de políticas públicas para disminuir los niveles de violencia en la sociedad sino, específicamente, en acotar la emergencia del “desconocido” en el “espacio público”.


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