Presentando el Blog

Psicoanálisis y Economía

sábado, 11 de abril de 2009

Contribución del análisis del discurso a la psicología política[1]

Análisis de Mi Lucha de Adolfo Hitler
Sebastián Plut[2]

“Wilson era, al fin y al cabo, un ser humano, sujeto a las
mismas leyes de desarrollo psíquico que los demás hombres”
Freud, S. y Bullit, W.C. (1938)


Resumen
El autor propone considerar la teoría psicoanalítica como fundamento de las ciencias de la subjetividad. Luego, introduce el análisis del discurso para la investigación psicosocial y estudia el discurso específico de un líder político (Adolfo Hitler) a partir del algoritmo David Liberman. Finalmente, subraya el sentimiento de injusticia como un problema central para una psicología política.

Summary
The author proposes to consider the psychoanalytic theory to be a foundation of the sciences of the subjectivity. Then, introduces the discourse’s analysis on psychosocial research and studies the specific speech of a political leader (Adolph Hitler) from the David Liberman algorithm. Finally, he emphasizes the feeling injustice as a central problem for a political psychology.

Palabras clave
Erogeneidad – defensas – ideal del yo – sentimiento de injusticia – psicología política

Key words
Erogeneicity – defenses – ego ideal - Feeling injustice – political psychology

1. Introducción
A los trabajos pioneros de Freud (1908, 1909, 1911, 1913, 1915b, 1919b, 1920, 1921, 1924, 1930, 1933, 1934, 1938) le ha seguido una importante tradición de aportes del psicoanálisis a las ciencias sociales y políticas. Entre los tópicos estudiados hallamos: la función de la instancia paterna; la eficacia de la desmentida y/o desestimación en el desconocimiento de la realidad; el valor del superyó y los ideales; los nexos entre el sentimiento de injusticia, el afán de venganza y la erogeneidad anal primaria; el tipo de percepción, motricidad, mundo simbólico y defensivo en quienes padecieron abusos así como en aquellos que los ejecutaron; las relaciones entre el líder y su grupo; los nexos entre los integrantes de una comunidad y la creación o abolición de ideales societarios; los ideólogos apocalípticos y sus prácticas; los efectos de la violencia de Estado sobre la subjetividad, la intersubjetividad y sobre la trama social extensa; la identificación de las víctimas de la opresión política con los déspotas que los oprimían; etc[3].
Me propongo contribuir a la psicología política con el análisis de un texto desde la perspectiva psicoanalítica. Estudiaré algunas secciones de Mi lucha de Hitler a través del algoritmo David Liberman, método que investiga la significatividad del lenguaje basado en hipótesis psicoanalíticas (sobre todo erogeneidad y defensas). Habremos de identificar las cosmovisiones (ideales, concepciones témporo-espaciales, etc.) presentes en dicho libro.

2. Los estudios psicosociales, la narrativa y el algoritmo David Liberman (ADL)
Los relatos han sido estudiados por diversas corrientes psicológicas y de las ciencias sociales. Schutze (citado en Maldavsky; 2001b) sistematizó los hechos sociales desde la perspectiva directa de los informantes. Jovchelovitch y Bauer (2000), por su parte, tomaron las hipótesis de Ricoeur (1980) para quien el narrador organiza una secuencia con determinados personajes, acciones y experiencias en situaciones que se van modificando. Para Edwards (1997) los estudios de narrativas apuntan a la naturaleza de los hechos, la percepción o comprensión que se tiene de ellos y la acción discursiva. Brunner (1990) distingue cinco elementos de una historia bien organizada: la acción (qué ocurrió), la escena (cuándo o dónde ocurrió), el agente (quién es el sujeto), la agencia o instrumento (cómo lo hizo) y el propósito o metas (por qué lo hizo). Entre estos elementos se introduce un conflicto que mueve a las correspondientes acciones, hechos y resoluciones que dan coherencia al conjunto. Gergen (1994), finalmente, diferencia la meta, el orden de los hechos (no necesariamente relatados según la secuencia en que sucedieron), la identidad de los personajes, las relaciones eventuales, las soluciones y la delimitación del comienzo y final de la historia.
Desde la lingüística, para Verón (1995) la semiología del relato procura determinar las condiciones bajo las cuales se cuenta una historia por medio del lenguaje (semantización narrativa de un conjunto de fenómenos). Greimas (1966) caracteriza clases de personajes (actantes) por sus funciones y un conjunto de escenas prototípicas. Posteriormente, Greimas y Fontanille (1991) agregaron los estados a las funciones. Tres aspectos del modelo de Greimas resultan afines con la teoría psicoanalítica: a) la jerarquización del deseo como motor del relato; b) la categorización de los personajes es congruente con las posiciones que Freud describió (1914, 1919a, 1921): sujeto, objeto, rival, modelo, ayudante y doble; c) la hipótesis sobre los estados se relaciona con las propuestas psicoanalíticas sobre los afectos.
Por nuestra parte, al jerarquizar las pulsiones sexuales como base semántica para la categorización del discurso, podemos restringir aun más el universo de las significaciones (deseos específicos, clases de personajes, etc.), más allá de una orientación genérica. Las pulsiones sexuales que el ADL detecta son: libido intrasomática (LI), oral primaria (O1), oral secundaria (O2), anal primaria (A1), anal secundaria (A2), fálico uretral (FU) y fálico genital (FG). En cuanto a las defensas, detecta sobre todo la represión, la desmentida, la desestimación de la realidad y de la instancia paterna y la desestimación del afecto. En cuanto al enlace entre erogeneidades y defensas, seguimos la hipótesis de Freud (1915a) según la cual la defensa es un destino de pulsión. La represión se enlaza con las erogeneidades FG, FU y A2; la desmentida y/o la desestimación de la realidad y la instancia paterna es un destino para las erogeneidades A1, O2 y O1. Por último, la desestimación del afecto se enlaza con LI. Para el análisis de las erogeneidades el método distingue tres niveles (palabra, frase y relato) y dispone de diversos instrumentos: 1) un programa computarizado tipo diccionario (análisis de las palabras); 2) dos grillas para estudiar las frases (componentes verbales y paraverbales) y 3) una grilla para el análisis de relatos. En cuanto al análisis de las defensas, el ADL considera: 1) la erogeneidad prevalente en un discurso específico; 2) el análisis retórico y 3) las posiciones del relator en las escenas que describe (Maldavsky; 1998, 1999a, 2001a, 2004, 2005, 2006, Maldavsky et al.; 2005)[4].
Entender la subjetividad desde la perspectiva de la erogeneidad supone que el mundo sensorial, las acciones, las representaciones, los valores y los nexos intersubjetivos reciben una significación específica. Cada erogeneidad es una fuente de significatividad que aporta rasgos diferenciales a la vida simbólica y se manifiesta como cosmovisiones, como repertorios específicos de desempeños motrices, de afectos, de formalizaciones de la materia sensible, de valores e ideales.

3. Estudio del Prólogo del libro Mi lucha de Adolfo Hitler
Hitler comenzó a escribir su libro en 1924 en prisión. En el Prólogo plantea: a) qué dio lugar a la escritura del libro (“en cumplimiento del fallo dictado por el Tribunal Popular de Munich el 1° de abril de 1924, debía comenzar aquel día mi reclusión en el presidio de Landsberg, sobre el Lech. Así se me presentaba por primera vez, después de muchos años de ininterrumpida labor la oportunidad de iniciar una obra”); b) qué va a exponer (“me había decidido a exponer… los fines de nuestro movimiento, … delinear también un cuadro de su desarrollo”, “he querido asimismo dar a estas páginas un relato de mi propia evolución”); c) cuáles son los fines del libro (“iniciar una obra reclamada por muchos y que yo mismo consideraba útil a la causa nacionalsocialista”, ofrecer una obra de la cual “aprender más que de cualquier otro estudio puramente doctrinario”, “destruir las tendenciosas leyendas sobre mi persona propagadas por la prensa judía”, exponer lo esencial de una doctrina “para después sostenerla y propagarla uniforme y homogéneamente” y, por último, aportar “la piedra fundamental a la obra común”); d) quienes son los destinatarios del libro (“aquellos que adheridos de corazón al movimiento, ansían penetrar más hondamente la ideología nacionalsocialista”).
Cabe agregar: a) Hitler justifica la exposición de su evolución personal ya que permitirá la mejor comprensión del libro; b) entre los destinatarios del libro, conviene diferenciar a quienes va dirigida la obra de aquellos que son destinatarios de las acusaciones (la prensa judía); c) en el conjunto prevalece la exposición de sus objetivos; d) finalmente, distinguimos una historia previa (“muchos años de ininterrumpida labor”, desarrollo del movimiento nacionalsocialista, su propia evolución) y otra historia iniciada a partir de la reclusión (“comenzar aquel día mi reclusión”, “iniciar una obra reclamada por muchos”, exponer una doctrina que pueda luego ser propagada, aportar la piedra fundamental).

3.1. Análisis de la erogeneidad
3.1.1. Redes de signos
Porcentajes que resultaron del análisis interactivo:
PRÓLOGO
A2: 32.02
FG: 25.17
FU: 14.18
A1: 9.8
LI: 8.26
O2: 6.86
O1: 3.68

Redes de signos

A2: Aprender, comprensión, consideraba, cumplimiento, debía, doctrinario, en consecuencia, escribir, escritores, estudio, exponer, había decidido, ideología, labor, leyendas, libro, mundo, no, obra, oradores, páginas, palabra, progreso, relato, sé, sin embargo, útil, voluntades.
FG: Ansían, así, comenzar, dar, desarrollo, extraños, fácilmente, generalmente, grandes, he querido, homogéneamente, hondamente, iniciar, más, mejor, muchos, presentaba, puramente, reclamada, siempre, también, todo.
FU: Cuadro, después, dirijo, hondamente, ininterrumpida, oportunidad, penetrar, poder, posible.
A1: Causa, destruir, fallo, gana, para, presidio, reclusión, tribunal.

Para el lenguaje anal secundario las palabras corresponden a escenas de juramento público, la tradición y la moral, contextos institucionalizados, el deber y la tentativa de dominar y controlar una realidad por medio de un saber ligado a los hechos concretos. En el lenguaje fálico genital cobra importancia la tentativa de impactar estéticamente al modelar la propia imagen según lo que el relator supone que el otro desea. Tienen valor la pregunta “cómo” y los adverbios de modo (terminados en “mente”). En el lenguaje fálico uretral se destacan escenas de rutina y/o aventura, la desorientación, las preguntas tipo “dónde” o “cuándo” (ligadas con la orientación témporo-espacial), la regulación de distancias y contacto. Finalmente, en el lenguaje anal primario importan las luchas justicieras y vengativas, gozar con la humillación ajena, abusar sobre su debilidad, escenas de encierro o parálisis motriz impotente en la derrota así como las palabras usadas como actos (por ejemplo, los insultos).
La prevalencia lógica (similar a la prevalencia estadística) corresponde al lenguaje anal secundario. Se trata de la escritura de un libro que reúne los principios e historia del movimiento nacionalsocialista (con los requisitos que ello impone a la subjetividad) en el marco de una decisión institucional (Tribunal). La discusión doctrinaria es lo que determina la significatividad central del texto en el nivel de las redes de palabras. Aun considerando la denuncia y venganza (“destruir”) contra las presuntas difamaciones e injurias de la “prensa judía” (lenguaje anal primario), el lenguaje anal secundario resulta un ordenador más claro del conjunto[5].
El enlace entre ambos lenguajes (A2 y A1) nos conducirá, cuando investiguemos las escenas, a indagar: a) los nexos entre el ideal de la justicia y el del orden (derivados de las erogeneidades anal primaria y secundaria respectivamente); b) la superposición de dos tipos de escenarios, el campo de batalla y aquel organizado según jerarquías institucionales; c) el enlace entre la voz gana voluntades y la palabra escrita; d) su pretensión de propagar una doctrina de manera homogénea; e) la reclusión (encierro o parálisis motriz impotente) de la cual deriva un libro; f) los tipos de destinatarios, entre los cuales están los “extraños” y la “prensa judía” por un lado y los “adheridos de corazón al movimiento” por otro; g) el verbo “propagar”: “tendenciosas leyendas sobre mi persona propagadas por la prensa judía” y “propagar uniforme y homogéneamente” su doctrina[6].
Si bien la vida de Hitler –incluido el nombre mismo de libro- puede pensarse según la orientación de la erogeneidad anal primaria, las redes de signos del Prólogo se reúnen bajo la significatividad de la erogeneidad anal secundaria. Una vida de lucha (“Mi lucha”), es la de quien escribe la historia con los hechos (A1), no obstante, en prisión Hitler encuentra el lugar y momento propicios (FU) para desplegar los recursos inherentes al desarrollo de una obra doctrinaria (A2). Pero ello nos conduce al estudio de los actos de enunciación. Finalmente, el lenguaje fálico genital expresa la aspiración a la reunión entre los miembros del nacionalsocialismo.

3.1.2. Estructuras-frase
Porcentajes de frases para cada lenguaje del erotismo:
PRÓLOGO
A2: 56.52
FU: 19.13
FG: 14.78
A1: 9.56
Los cuatro lenguajes se corresponden con los lenguajes centrales que mostró el análisis de las palabras. El lenguaje anal secundario resulta hegemónico (desde el punto de vista estadístico y lógico) y entre sus frases hallamos: imposición de obligaciones, información y/o descripción de situaciones y hechos concretos, ordenamiento, justificación de palabras, actos y pensamientos, aclaración, clasificación, sentencias y máximas, enlace causal, frase adversativa y cierre. Hitler se dirige a sus interlocutores (los “adheridos de corazón”) con una argumentación centrada en la descripción (presuntamente) objetiva de la realidad y en la racionalidad de sus proposiciones. Las frases correspondientes al lenguaje anal secundario, ponen el énfasis en la tradición, el dominio de la realidad, el “tener que”, los juicios valorativos y críticos y la organización del pensamiento y la exposición.
Resulta ilustrativa la secuencia argumental de sus decisiones (frases de tipo “porque”, “entonces” o sus equivalentes): 1) “así se me presentaba…”; 2) “en consecuencia…”; 3) “he querido asimismo…” y 4) “sin embargo…”. En el primer caso Hitler explica que escribió su obra a partir de su reclusión (condena judicial como oportunidad para escribir la obra). La segunda frase indica los motivos del libro: la necesidad de los otros y el propio juicio de Hitler acerca de la utilidad de la obra. El tercer ejemplo refiere a por qué expondrá un relato de su propia evolución: la mejor comprensión del libro y la destrucción de la propaganda judía. Por último, el adversativo “sin embargo” sigue a la oración que dice: “bien sé que la viva voz gana más fácilmente voluntades que la palabra escrita y que asimismo el progreso de todo movimiento trascendental debióse generalmente en el mundo más a grandes oradores que a grandes escritores”. El adversativo muestra que, en ocasión de su reclusión, Hitler debió objetar su propia convicción para escribir el libro; debió renunciar –temporalmente- a ser el gran orador que gana voluntades, pero encontró un recurso sustituto: escribir un libro. Si como orador político (lenguaje anal primario) resulta inferible una vivencia de derrota, en la escritura Hitler encuentra una “salida” eufórica desde el lenguaje anal secundario.
La tercer frase incluye además: 1) una denuncia (A1): “destruir al mismo tiempo las tendenciosas leyendas sobre mi persona propagadas por la prensa judía” y 2) la manifestación de un deseo (FG): “he querido asimismo”. Este conjunto muestra el enlace entre tres lenguajes del erotismo: A2, A1 y FG. Es notable que cuando Hitler se centra en sí mismo (“un relato de mi propia evolución”) y menos en lo doctrinario, surge el lenguaje anal primario. En suma, el libro se ofrece como plataforma doctrinaria (A2) pero también tiene valor de “arma” (A1) y como tal se contrapone a la prensa judía (“texto escrito” contra “texto escrito”). Veremos que las escenas relatadas (secuencias narrativas) expresan con mayor fuerza este último lenguaje, mientras que las escenas desplegadas se configuran desde el lenguaje anal secundario: el orador vengativo que a través de la motricidad aloplástica gana voluntades y destruye al enemigo se ha tomado una pausa (impuesta por la reclusión) y recurre a la argumentación y el despliegue de la musculatura fina[7].

3.1.3. Secuencias narrativas
Para el análisis de relatos Maldavsky (2004) propone preguntas orientadoras sobre los personajes dominantes, sus atributos, ideales, estados afectivos, tipos de espacialidad, ayudantes y acciones motrices[8].
Entre los personajes, Hitler aparece como líder político o justiciero (A1) y la prensa judía con un liderazgo similar (A1), mientras que el Tribunal reúne una referencia a la justicia (A1) y a las jerarquías institucionales (A2). Finalmente, los “adheridos de corazón”, constituyen ayudantes del relator.
En cuanto a los estados afectivos, identificamos la desconfianza (A1) en relación con las propagandas sobre Hitler[9].
Sobre los tipos de motricidad hallamos una sujeta a pautas culturales tal como resulta del acto de escribir un libro (A2); una motricidad penetrante localizada en “aquellos adheridos de corazón que ansían penetrar más hondamente en la ideología nacionalsocialista” (FU); por último, la escritura también expresa el inicio de una acción vengativa, de un movimiento tendiente a un golpe (A1).
De modo similar identificamos los tipos de espacialidad: un espacio cerrado, la prisión (FU) y una exterioridad configurada como campo de batalla (A1). Los “adheridos de corazón” indican una espacialidad que aun no sabemos si refiere a una espacialidad intracorporal (LI) o íntima (O2)[10]. Tampoco podemos definir, eventualmente, qué peso tendría una o ambas alternativas en el conjunto.
En cuanto a los ideales hallamos la justicia (A1), en la decisión del Tribunal y el afán vindicatorio de Hitler, y el orden (A2). Respecto del primero, cabe diferenciar el grado de complejización en cada caso, pues mientras la decisión judicial es una forma institucionalizada de procesamiento de la erogeneidad anal primaria[11], en el caso de Hitler pareciera presentarse en la forma regresiva de la venganza y la propaganda. Por otra parte, algunos elementos indican la importancia de la verdad abstracta como ideal (O1): que la exposición de su evolución personal permitirá comprender mejor el libro, de la idea de un movimiento trascendental, de la esencia de una doctrina que sea propagada uniforme y homogéneamente y del atributo de “piedra fundamental” que adjudica a su escrito. Hitler se coloca en la posición de quien tiene una verdad universal que transmitir.
Una distinción similar advertimos respecto de los atributos de los personajes. La “prensa judía” tiene el valor de un personaje abusador y Hitler queda colocado como víctima de tal abuso (A1) y a la vez sería el portador de rasgos de orden y corrección, capaz de organizar la racionalidad de un conjunto de ideas (A2). Asimismo, el relator está en la posición de observador hiperlúcido que desarrolla lo esencial de una ideología (O1).
El libro, como ayudante, posee tres significaciones: como instrumento que permitiría ganar adeptos para la gesta vindicatoria (A1), como herramienta para dominar la realidad concreta vía conocimiento (A2) y, finalmente, como factor de incremento de la potencia del líder y como brújula orientadora para los adeptos (FU). Los “adheridos de corazón” son ayudantes para la lucha (A1), aunque restaría definir si también constituyen objetos entregados en sacrificio (O2) y/u objetos que permiten obtener algún tipo de ganancia (LI). Los medios periodísticos son ayudantes del rival (los judíos) para la propagación de mentiras sobre el relator (A1). Finalmente, la voz que gana voluntades (inaccesible como consecuencia de la reclusión) contiene: la propia voz y las voluntades ganadas (A1). También nos preguntamos si para Hitler el Tribunal es un ayudante de la prensa judía.
Este análisis muestra que el relator se ubica como líder político (A1) que ordena la realidad a través de una doctrina (A2) y como brújula orientadora que ejerce influencia y siembra la desconfianza (FU) (tal vez también como observador hiperlúcido –O1) en el marco de una gesta vindicatoria (A1), siendo este último lenguaje el prevalente. Del relato correspondiente detectamos la escena de seducción: el despertar del deseo surge a partir del padecimiento de una iniquidad injuriosa que despierta un irrefrenable afán de venganza. El héroe, sorprendido por su inmadurez, su inexperiencia, su ignorancia o su carencia de recursos, ha pasado por intensos sentimientos de humillación y de vergüenza. La iniquidad injuriosa aparece localizada en la prensa judía y tal vez también en el Tribunal, los deseos vengativos se evidencian en el propósito de destrucción y en el afán de ganar voluntades, mientras que los sentimientos de humillación y de vergüenza deben ser inferidos o, mejor dicho, quedan resueltos por el pasaje a la acción anal secundaria.
El estudio del Prólogo en el nivel de las secuencias narrativas arroja un resultado parcialmente coincidente con los otros dos niveles de análisis en cuanto al repertorio de lenguajes del erotismo. La diferencia entre este nivel (relatos) y los restantes (palabras y estructuras-frase) es que en el primero el lenguaje anal primario es hegemónico y el anal secundario queda subordinado a aquél[12]. Para aclarar este punto (que nos introduce en el apartado siguiente sobre las defensas), puedo agregar que la importancia del saber, el sentido de un libro y las discusiones políticas, no se expresan en escenas en las que un sujeto intenta rescatar a otro de la degradación moral, sino que la acusación moral, en todo caso, conduce a una tentativa diversa: la destrucción.

3.2. Análisis de las defensas
3.2.1. Relatos
El primer paso consiste en decidir si la defensa se opone al deseo o a la realidad (afectiva y perceptiva) y a la ley. Para ello consideramos el lenguaje del erotismo presente en el relato. La hegemonía del lenguaje anal primario indica que la defensa central pertenece al segundo grupo. Luego, para determinar si esta defensa es 1) la desmentida o la desestimación o 2) la creatividad, la sublimación o acorde a fines, debemos tomar en cuenta el contexto[13]. Como el texto reúne autobiografía, historia, doctrina y propaganda, el contexto del relato es el de las reglas de la exposición y la argumentación doctrinaria. Por ello, concluimos que la defensa es la desmentida o la desestimación pues habría sido acorde la presencia de una escena anal secundaria.
El tercer paso, consistente en detectar si aquella defensa es normal o patógena, requiere identificar en qué lugar se ubica el relator respecto de los lenguajes del erotismo anal secundario, fálico uretral y/o fálico genital, representantes psíquicos de la realidad (afectiva y mundana) y de la ley. Si estos otros lenguajes del erotismo se conjugan armoniosamente con el prevalente y guían la meta global del relato, la defensa en juego es funcional. En cambio, si los representantes psíquicos de algunos de estos tres lenguajes quedan doblegados, burlados o tomados como un medio al servicio de alguno de los restantes lenguajes del erotismo, la defensa será patógena. Ya vimos que el lenguaje anal secundario queda al servicio del lenguaje anal primario. En tal sentido, la defensa es de carácter patógeno.
La desmentida y la desestimación patógenas se evidencian porque el relator puede ocupar, a veces de manera alternante, dos posiciones: o bien se supone ubicado en una posición omnipotente o bien se supone a merced de quien tiene dicha posición. La diferencia entre ambas defensas deriva del origen y características de la posición omnipotente de la que el relator se supone poseedor o víctima. Para la erogeneidad anal primaria quien desmiente se coloca en la posición de un usurpador (extrae su poder de otro), mientras quien desestima supone que alcanzó la posición omnipotente por sí mismo. El texto no resulta del todo claro, tal vez por su brevedad, en cuanto al origen que Hitler atribuye a su omnipotencia, no obstante, provisoriamente, nos decidimos por entender que el mecanismo patógeno es la desmentida. Nuestra decisión consideró que la omnipotencia de Hitler deriva de la labor desarrollada por todo un movimiento.
Aun nos queda un paso en el análisis de la desmentida patógena en el nivel de los relatos: indagar si la defensa es exitosa (logra rechazar un juicio y mantener la ilusión de omnipotencia), fracasada (retorno displacentero del juicio rechazado y caída de la ilusión de omnipotencia) o mixta (no sostiene la ilusión de omnipotencia pero logra mantener rechazado el juicio displacentero). Pensamos que la desmentida es de carácter mixto pues cae, para Hitler, la ilusión de omnipotencia (ser un gran orador) y, a la vez, observamos los esfuerzos por evitar el retorno de lo desmentido[14]: la posición de Hitler es la de quien se repone rápidamente del golpe apelando a otro recurso (A2), exponiendo una obra doctrinaria al servicio de continuar luego su gesta vindicatoria.
El rechazo del juicio displacentero, cuando fracasó la ilusión de omnipotencia, se logra por mecanismos de defensa complementarios que refuerzan la labor de la desmentida y se oponen a la reconexión con la realidad y la ley. Tales mecanismos se asemejan a aquellos que complementan la represión (inhibición, formación reactiva, anulación, aislamiento, etc.) pero están al servicio de sofocar no un deseo sino la reconexión con la realidad. Pueden aparecer entonces expresiones de los lenguajes del erotismo fálico uretral o anal secundario al servicio de una meta diversa (como la de los lenguajes anal primario u oral primario).
Finalmente, cabe agregar que el relato como expresión de la erogeneidad permite detectar el tipo de legalidad desafiada y el tipo de doble al que se recurre al servicio de la defensa. En el caso de la erogeneidad anal primaria la realidad legal cuestionada o abolida es la que impone no abusar injustamente del otro. Asimismo, el retorno de lo desmentido (o lo desestimado) en el terreno legal es doble: por un lado, como inversión activo-pasivo (en cuyo caso el relator pasa a sufrir lo que hasta entonces ejecutó), y por otro lado, como restablecimiento de ciertos principios que regulan las relaciones intersubjetivas. De todos modos, puede ocurrir que el sujeto procure trampear y disimular este segundo sector del retorno de lo desmentido o desestimado (restablecimiento de principios legales) homologándolo al primero (no hay principios generales sino relaciones activo-pasivas en los vínculos sadomasoquistas)[15]; pero de hecho se trata de dos modos diversos del retorno de lo desmentido o desestimado (Maldavsky; 2004).

3.2.2. Estructuras-frase
Las frases detectadas (A2) indican defensas opuestas al deseo. Como aquel lenguaje del erotismo presta atención al dominio y al control de la realidad gracias al poder del saber, la tradición y la moral, la defensa central puede combinarse con otros mecanismos que procuran dominar pensamientos propios (o ajenos) tales como la anulación y el aislamiento. Este último se evidencia en actos de enunciación que tienden al ordenamiento, la clasificación, la distinción de problemas y argumentos, etc. La anulación se pone de manifiesto en los imperativos condicionales, en órdenes del tipo “si…entonces…”, como forma de conjurar un desenlace no querido. Desde el punto de vista retórico también prestamos atención a los recursos que se contraponen a la adición (“no es para tanto”) o al uso de adversativos (“pero”) como forma de objetar la exageración de una idea que no se ajustaría a una realidad concreta.
El siguiente paso consiste en distinguir si la defensa es 1) la represión o 2) la creatividad, sublimación o acorde a fines, a partir del contexto en que se desarrollan los procesos retóricos (si tienen un carácter funcional o no). Sobre ello, dice Maldavsky: “un predominio de siglas, adversativos y ordenamiento de una exposición cobra vigencia en un manual de estudios… Puede ocurrir que en tales contextos prevalezca la sublimación o la creatividad” (2004, págs. 236-7). Desde esta perspectiva, en el nivel de los actos de enunciación la defensa es la sublimación.

4. Estudio del Capítulo I del libro Mi lucha de Adolfo Hitler[16]
Este Capítulo se titula “En el hogar paterno” y comienza así: “Considero una predestinación feliz haber nacido en la pequeña ciudad de Braunau…, situada precisamente en la frontera de esos dos Estados alemanes, cuya fusión se nos presenta –por lo menos a nosotros los jóvenes- como un cometido vital que bien merece realizarse a todo trance”. Lo que sigue a partir de allí contiene tres temas: a) la relación entre Austria y Alemania; b) la trayectoria laboral del padre de Hitler; c) el conjunto de sus vicisitudes infantiles y adolescentes.

4.1. Análisis de la erogeneidad
4.1.1. Redes de signos
Porcentajes que resultaron del análisis interactivo:
CAPÍTULO I
A2: 28.55
FU: 19.57
FG: 15.89
O2: 13.69
A1: 9.03
LI: 7.43
O1: 5.81

Redes de signos

A2: A pesar de, academia, acervo, actividad, administró, adquirir, advertencia, aferró, aprender, asegurar, aunque, autoridades, cada, calificaciones, carácter, certificados, ciudad, claro, clase, coincidía, colegio, cometido, comprender, concepto, condiscípulos, confirmaba, consecuencias, considero, constituir, contrario, convicción, corresponden, creo, cuál, cuestión, culpables, cumplir, curso, debe, decisión, deduje, degenerada, desenlace, destino, detenimiento, diferencia, diversas, duda, edición, ejercitaban, en cambio, en efecto, en realidad, enseñanza, entonces, época, errado, es decir, escuela, esperanza, establecer, estante, examen, experiencia, explico, funcionario, grado, había negado, historia, honrado, idea, idioma, igual que, ilustrada, imperio, impuesta, índole, indujeron, instrucción, justificación, lectura, ley, libros, mando, martirologio, materia, memoria, mente, merece, militar, moral, nación, nacionalidad, ni, no, nombre, o, obligada, obra, obstinado, obtener, ocupar, oficial, oficio, oratorias, origen, patriotismo, período, pero, pertenecer, planes, policía, política, por qué, por tanto, porfiado, posesión, precisamente, preguntas, preparación, problema, profesional, progresos, propiedad, propósito, público, razón, reafirmaron, realidad, registraban, relación, resolución, respuesta, resultase, retiene, sabía, según, señor, sentido, si, si bien, significación, sin embargo, sometido, subvenir, suponía, tenacidad, tener, testimonio, tomos, trabajosa, universal, veneré, verdadero, voluntad.
FU: Ahí, ahondó, al lado, alcanzaba, allá, alrededores, aquí, ardiente, asegurar, aspirar, bajo, camino, casi, cautelosas, centro, combatieron, conformarse, consejo, consiguió, cuando, dentro, desde, desgracia, después, destino, dibujo, donde, emulación, encontré, entre, época, errado, exteriormente, frecuentemente, fuera, guerra, había llegado, había podido, había previsto, hacia, hallaba, hasta, hondo, hoy, humillación, iba a, inclinaban, influencia, ingresara, ir a, llegar, lograr, lucha, lugar, más o menos, parece, penetraba, perdí, pintura, pocos, posibilidad, preguntaba, profundamente, progresos, quedar, rumbo, salí, seguir, seguridad, situada, sobresaliente, suerte, tendencia, todavía, trataba de, veneno.
FG: Además, adoración, agradaba, alto, amargo, ampliada, así, aspirar, bello, brillante, brotará, calificaciones, centro, cerró, ciertamente, comienzo, cómo, conmovió, contaba, cuál, desconocido, deseo, desgracia, difícilmente, dolencia, económicamente, enormemente, entusiasmó, escenario, esperaba, expresión, exteriormente, extrañas, fama, feliz, finalmente, frecuentemente, fusión, gran, había llegado, había ofrecido, hasta, hondo, humanamente, iba a, igual que, ilusorio, ilustrada, importantes, impresión, índole, insignificante, jamás, larga, llegar, lograr, manera, marca, más, mayor, mejor, modo, moralmente, muy, nunca, origen, pequeña, personalmente, políticamente, precisamente, presenta, profundamente, progresos, quería, rápidos, realmente, repentinamente, resaltan, reunir, robustos, ropa, rotundamente, satisfecho, semejante, seriamente, siempre, simpatías, sobre, sobresaliente, solicitud, surgió, tal, también, tan, tantos, terrible, todos, unión, visiblemente, yergue.
O2: Abandonar, afección, afecto, ahora, amargo, amor, ayuda, bien, carecerá, conmovió, dejaba, desgracia, difunto, dolor, durante, entusiasmó, estaba, feliz, había sentido, inexorable, jubiló, lágrimas, merece, miseria, muerte, necesidad, pasado, penurias, perdí, pobre, pronto, quedar, rápidos, ruina, sentir, simpatías, sufrimiento, sumidos, sustento, todavía, triste, ya.
A1: Advertencia, alianza, altercados, ataque, autoridades, ayuda, caudillo, combatieron, compensación, cómplices, culpables, degenerada, delatar, denuncia, enemigo, golpe, guerra, había ganado, humillación, imperio, implacable, indujeron, justicia, lanzarse, libre, lucha, mando, militar, oficial, para, perdí, policía, política, preocupar, pronto, repentinamente, rindió, tomó, traidores.
LI: Administró, adolescente, agotados, ajetreos, apoplejía, balance, carcomía, contaba, corazón, cosa, curación, descanso, económica, energía, enfermedad, frecuentemente, fusión, ganarme, grave, mano, más, menos, necesidad, organismo, plomo, rápidos, recursos, rindió, ruina, sangre, sano, subvenir, trabajosa, tronchó, veneno, violentos.
O1: Absurdo, concepto, deduje, elemento, energía, errado, esfera, extrañas, generalidad, idea, ideales, idioma, influencia, inmortalizado, interrogante, lengua, mano, mente, organismo, surgió, universal.

Para determinar la prevalencia lógica podemos estudiar el final del capítulo. En tal caso, los porcentajes resultantes varían:
FINAL DEL CAPÍTULO I
O2: 21.52
A2: 21.47
FG: 17.75
FU: 17.39
LI: 13.88
A1: 6.58
O1: 1.37

El final del Capítulo 1 alude a la interrupción de la formación de Hitler por la muerte de su padre (si bien Hitler se oponía a la imposición educativa de aquel), luego de lo cual, la muerte de su madre lo hunde en un profundo dolor y penurias económicas. Finalmente, decide dirigirse a Viena en busca del Destino y poder ser “algo”.
El análisis interactivo refleja que los dos lenguajes más relevantes (con un empate técnico) son el oral secundario y el anal secundario.
Los términos oral secundario aluden a escenas de sacrificio, al sufrimiento, a tolerar, etc. Por su parte, en la red de signos anal secundario importan los contextos institucionalizados, la cultura, la formación, las normas y jerarquías, etc. Entre los restantes lenguajes, para el fálico uretral cobran relevancia las preguntas tipo “dónde” y “cuándo” con las consiguientes vivencias de desorientación y/o rutina. Finalmente, las palabras correspondientes a la erogeneidad intrasomática suponen una intrusión orgánica o la exacción económica. En síntesis, lo que Hitler denominó la pronta resolución de su profesión futura significó: no dejarse doblegar ante la imposición de su padre, seguido de la muerte de éste. Luego, el sufrimiento afectivo y económico (por la enfermedad y muerte de su madre) lo sumen en un estado de desamparo y desorientación que logra transformar en voluntad inquebrantable para salir en busca de aquello que el Destino le tendría reservado.

4.1.2. Secuencias narrativas
Los relatos sobre las relaciones entre Austria y Alemania comprenden: un pasado de luchas heroicas (cien años atrás en Braunau o la guerra franco-prusiana de 1870-71) en las cuales los alemanes fueron humillados y traicionados (delatados). Luego, surge el interrogante sobre por qué Austria no peleó del lado de Alemania y Hitler responde: la causa fue la degeneración de los Habsburgo y la coexistencia de nacionalidades diversas (“el veneno de las razas extrañas”). Todo ello impulsaría la lucha por la pureza del idioma, el amor a la patria austro-alemana, odio hacia el Estado austriaco y fusión de los pueblos de la misma sangre en una patria común (en la “patria” sólo caben pueblos de la misma sangre). Los personajes de esta gesta son: “beligerantes”, “indiferentes” y “traidores”. Por último, el argumento que justificará “moralmente” la acción de política colonial es el hambre pues de la guerra surgirá el pan cotidiano.
El relato en torno del padre describe a un muchacho, hijo de un simple y pobre campesino, que no quiso resignarse a quedar en la casa paterna. Siendo aun muy joven se lanza a la aventura (con poco dinero y desoyendo el consejo de los más experimentados) y logra aprender un oficio. Pero aun así seguía insatisfecho, quería ser “algo mejor”, un “funcionario público” y llega a ser “aduanero”[17]. Finalmente se jubila y retorna a la actividad originaria de sus mayores (el campo). En este contexto también alude al cariño que su madre prodigaba a los hijos.
El fragmento sobre las vicisitudes infantiles y adolescentes de Hitler comprende: ajetreos infantiles, un largo camino a la escuela y camaradería con muchachos robustos. Allí ejercitaba sus dotes oratorias en altercados de cierta violencia y se habría forjado como caudillo al tiempo que leía sobre las guerras y la vida militar. Su padre le impone estudiar y se opone a él (uno inflexible y el otro implacable y porfiado): Hitler no deseaba ser funcionario. Descubre su vocación para la pintura y su padre lo inscribe en la escuela. Logra buenas notas en historia y geografía y, al momento de escribir el libro, concluye que en ese momento se hizo nacionalista y logró comprender el verdadero sentido de la historia. Finalmente, el problema de su vocación se resolvió como consecuencia de la muerte primero de su padre y luego de su madre. Ante la necesidad de ganarse el pan se dirige a Viena (igual que su padre) en busca de aquello que el Destino tenía previsto para él[18].
El primer relato reúne diversos componentes correspondientes a la erogeneidad anal primaria: los atributos de los personajes (abusados y abusadores), el ideal (justicia), los ayudantes (armas, cómplices y delatores), los personajes dominantes (líderes políticos), el tipo de espacialidad (campo de batalla), los estados afectivos (desconfianza y humillación) y el tipo de motricidad (tendiente a la venganza). Estos elementos muestran la escena inherente al despertar del deseo (ruptura de un equilibrio preexistente y surgimiento de la tensión como consecuencia de una injusticia padecida).
Como complemento se expresan también otros lenguajes: anal secundario, intrasomático, fálico uretral y oral secundario. El primero de tales lenguajes comprende a los ayudantes (libros), personajes, espacios (jerarquías institucionales) y estados afectivos. Todos estos elementos quedan subordinados al lenguaje anal primario[19]. Los libros versan sobre la guerra (y resultan argumentos para la gesta vindicatoria) y los personajes no se guían por la función institucional sino por acciones abusivas y delatoras. Respecto del lenguaje fálico uretral podemos señalar algo similar: la dignidad de Palm lo transforma en un ingenuo traicionado por las autoridades alemanas. También respecto de este lenguaje, hallamos las respuestas evasivas y la presunta ingenuidad del pueblo alemán que no advirtió las consecuencias de la degeneración de los Habsburgo y de la coexistencia de nacionalidades diversas. Dos aspectos más merecen nuestra atención en relación con la erogeneidad fálico uretral. Por un lado, Hitler refiere que las respuestas a sus “cautelosas preguntas” no lo habrían conformado; él no se habría dejado engañar o tomar por ingenuo. Por otro lado, la acción colonial expresa una motricidad penetrante. Ello conduce al enlace con dos de los lenguajes presentes: la erogeneidad anal primaria, dado que la “penetración” estaría orientada por el afán conquistador, y con el lenguaje intrasomático, pues este afán se justificaría moralmente por el hambre del pueblo. Respecto del lenguaje intrasomático podemos destacar un tipo de espacialidad (intracorporal) y un estado afectivo (dolor orgánico o hambre). Este último sería la consecuencia de la fusión en una sola patria germana en la que viva todo el pueblo alemán[20] (“pueblos de la misma sangre corresponden a una patria común”). Es decir, del afán vengativo contra la dinastía de los Habsburgo (A1) derivaría la imposibilidad de asegurar la subsistencia al pueblo alemán (estado disfórico para LI). A su vez, ello daría el argumento para la conquista (A1). Por otro lado, en cuanto al tipo de espacialidad, encontramos dos referencias. Una de ellas, cuando alude a los pueblos de la misma sangre, todos reunidos en una patria común. La otra cuando señala que el “núcleo sano del pueblo mismo” o el “núcleo alemán de sangre pura”, padeció “el veneno de razas extrañas [que] carcomía el organismo de nuestra nacionalidad” (nuevamente, un estado disfórico parta el lenguaje intrasomático).
Este relato puede reorganizarse del siguiente modo: un pueblo “sano” habría sido fragmentado y envenenado por la presencia de razas extrañas y por un conjunto de traiciones. Ahora, “el cometido vital que bien merece realizarse a todo trance” será la fusión de lo previamente desgarrado (y la eliminación de la diversidad), lo cual podrá tener como consecuencia la imposibilidad de asegurar la subsistencia. Ello otorgaría derecho a “adquirir posesión sobre tierras en el extranjero” (resulta elocuente la frase que dice “el arado se convertirá en espada y de las lágrimas de la guerra brotará para la posteridad el pan cotidiano”). Toda esta secuencia pone de manifiesto el enlace entre los lenguajes intrasomático y anal primario: un estado inicial (LI y A1) de equilibrio entre tensiones diversas no cualificadas (sangre pura o común) y paz natural se vio quebrado (desgarrado) por la intrusión violenta que dio lugar a la presencia de razas extrañas que carcomieron el organismo (consecuencias disfóricas). Ello despierta un afán vengativo (despertar del deseo anal primario) del cual sobrevendrá una brusca caída de energía que justificará la conquista de nuevos territorios que garanticen la subsistencia (despertar del deseo intrasomático y anal primario).
La degeneración de las razas y la degradación moral consecuente sugieren la presencia de un relato anal secundario. No obstante, las escenas no se plasman en ese lenguaje pues Hitler no se propone dominar, limpiar o purificar a los sucios o impuros sino que avanza hacia su destrucción. Es decir, estos últimos no son objetos de deseo a ser salvados sino rivales a ser eliminados. En todo caso, el afán posesivo no recae sobre las personas sino sobre las tierras y por ello lo consignamos como un proyecto, a la vez, intrasomático y anal primario. Por otra parte, importa el lenguaje oral secundario como exaltación del sacrificio (su referencia a Palm, la frase que dice que el arado se convertirá en espada y de las lágrimas de la guerra brotará el pan cotidiano e, incluso, en la consigna de amor ardiente para su patria)[21].
En el relato sobre el padre detectamos tres lenguajes del erotismo, dos de ellos (FU y A2) en relación con el padre y el tercero (O2) en relación con su madre[22]. La escena fálico uretral comprende un estado inicial de rutina (la casa de sus padres campesinos), el despertar del deseo y tentativa de consumación (el padre que no quiso resignarse y avanza hacia la ciudad desoyendo el consejo de sus mayores) y un estado final de rutina (“así volvió después de una larga y trabajosa vida a la actividad originaria de sus mayores”). El propósito de ser empleado público, actualmente, puede representársenos como algo diverso de un deseo ambicioso (más bien parecería contener un apego a la rutina), aunque desconocemos qué valor habría tenido ese proyecto hacia mediados del siglo XIX. Sin embargo, el desenlace de la historia (un retorno a la rutina, un futuro que coincide con el pasado) sumado al énfasis que adquieren ciertos indicadores de la erogeneidad anal secundaria, podrían relativizar el carácter aventurero del padre. De hecho, Hitler lo describe como un “valiente” pero sobre todo como un leal y honrado funcionario y como alguien más interesado en insertarse en un escalafón jerárquico que como un ambicioso que recorre territorios inexplorados.
Los diversos fragmentos sobre las vicisitudes infantiles y adolescentes de Hitler quedan reunidos en su postura frente a la “formación”: 1) alusión al período en que se forjaron sus ideales y despreocupación por su formación futura (al tiempo que sabía que sus intereses no se inclinaban hacia la profesión del padre y que sus dotes oratorias se ejercitaban en altercados violentos); 2) imposición de estudiar por parte del padre y oposición implacable de Hitler (mención a su talento para la pintura y a sus calificaciones en ciertas asignaturas); 3) pronta resolución de la cuestión de su futura profesión (como consecuencia de la muerte de su padre y de su madre). En suma, despreocupación inicial por el estudio, seguida de oposición y, por último, una pronta resolución que significó abandonar completamente los estudios para encaminarse en busca del destino. Así, en lugar del estudio, Hitler jerarquiza: a) las dotes oratorias, b) los altercados violentos, c) su rol de caudillo, d) la oposición a su padre (que continuó con una enfermedad como modo de persuadir a su madre de que lo sacara de la escuela)[23] y e) la “voluntad inquebrantable” para ganarse “de cualquier modo el pan cotidiano”. Finalmente, afirma que él quería llegar a “ser algo” como el padre pero no “funcionario” como él[24].
Este conjunto presenta escenas correspondientes a tres lenguajes del erotismo: anal primario, intrasomático y oral secundario. En primer lugar se presenta un estado inicial anal primario, en el cual existe un cierto equilibrio jurídico natural y una armonía en la cual los abusos quedan neutralizados y castigados sobre todo por el héroe protagónico. Luego, el despertar del deseo se presenta como oposición implacable del pequeño Adolfo frente a la imposición “inflexible” desde el padre. Tal vez lo más llamativo sea la resolución descripta por Hitler: la muerte de ambos progenitores lo deja en un estado de inermidad económica y afectiva (consecuencias disfóricas para los lenguajes intrasomático y oral secundario) que lo somete a la obligación de ganarse el pan. Sin saber con qué metas va a Viena con una “voluntad inquebrantable”[25].

5. Síntesis del análisis
I. El lenguaje A2 es determinante en las redes de palabras y las estructuras-frase, como argumentación racional y descripción de una realidad (presuntamente) objetiva.
II. En el nivel de los relatos prevalece una cosmovisión orientada por la erogeneidad A1 (afán vengativo) que se enlaza con otros dos lenguajes: O2 (exaltación del sacrificio y estados de desamparo) y LI (estados de desfallecimiento económico u orgánico). El afán vengativo promueve estados de inermidad que retroalimentan el afán vengativo pero, al cabo, este último perpetúa aquellos estados.
III. La exaltación del sacrificio resulta una vía para vehiculizar el proyecto vengativo. El relator localiza el sacrificio en sí mismo o en algunos “mártires” (en el pasado) y como propuesta hacia sus destinatarios (para el futuro). El relator se ubica en una posición eufórica mientras que describe una realidad disfórica.
IV. El despertar del deseo y la tentativa de consumación se presentan, principalmente, en el lenguaje A1. Las consecuencias (disfóricas) se ponen de manifiesto, sobre todo, en los lenguajes O2 y LI.
V. Los actos del habla reúnen información, racionalidad, explicaciones, datos históricos, etc. (A2) y una estrategia inductora (A1)[26].
VI. Es decir, el lenguaje A2 tiene valor como instrumento de una gesta vindicatoria: a) permite exponer un conjunto de ideas y valores y disminuir la desconfianza ajena y b) permite sobreponerse a una vivencia de derrota. Una vivencia disfórica A1 queda sustituida por una vivencia eufórica A2. Ello implica considerar el enlace entre diferentes niveles de análisis.
VII. El nexo entre ambos niveles de análisis (frases y relatos) permite formular un interrogante derivado de algunos estudios clínicos con el ADL. En ellos se advirtió que cuando las escenas relatadas (en particular con prevalencia A1) no coinciden con los actos del habla, puede anticiparse que posteriormente se desplegarán también en el vínculo (en ese caso, terapéutico) (Maldavsky; 2006). Si traspolamos esta hipótesis al campo que estamos investigando, nos preguntamos si una anticipación similar se da en el vínculo entre un líder político y los destinatarios de su discurso[27].
VIII. Sobre la pugna entre ambos lenguajes (A1 y A2) se ha señalado (Maldavsky; 2001a, 2002) que cuando la violencia es reemplazada por la discusión política, la primera pasa a tener otro valor en términos de estados tóxicos y afectivos (LI y O2). En nuestro estudio, precisamente, advertimos que las consecuencias del afán vengativo se expresan en estados de desamparo afectivo y orgánico o económico.

6. Conclusiones sobre las estructuras vinculares
Hemos definido cuatro cosmovisiones derivadas de los lenguajes anal primario, anal secundario, oral secundario e intrasomático. Entre ellas, la primera resulta hegemónica en el nivel de los relatos y la segunda es prevalente en el nivel de los actos de enunciación.
Respecto de los lenguajes LI, O2 y A2, importa considerar: a) el valor del cuerpo como fuente pulsional (Freud; 1920, 1926, Maldavsky; 1992, 1999a), el vínculo de apego y desconexión, un liderazgo ejercido por un personaje sin percepción ni memoria, el afán especulador y una oscilación entre la violencia y los estados asténicos (lenguaje intrasomático); b) sentimientos de culpa e inferioridad, manipulación emocional dirigida a otros (con el doble fin de infiltrarse en el superyó ajeno despertándole culpa e inducir el desarrollo de sentimientos de la gama de la gratitud, el reconocimiento, el amor) y una postura sacrificial como modo de tramitar los sentimientos de humillación y vergüenza (Maldavsky; 1998, Plut; 2004b) (lenguaje oral secundario); c) la voluntad de poder entendida como tentativa de dominar y saber hacer respecto de una realidad dada, la frase de juramento a través de la cual el sujeto se compromete ante otro a ejecutar un acto que implica una difícil renuncia a un placer (Maldavsky; 1999a), dos posiciones para el sujeto expresadas según dos verbos modales: tener que (o deber) y saber, referidos al hacer (“tengo que hacer”, “saber hacer”). El primero de ellos corresponde a la tentativa de saldar una deuda (ante quien se coloca como acreedor) en tanto el segundo pone de manifiesto el esfuerzo por acordar con la postura del modelo (destinatario del juramento) (lenguaje anal secundario).
Deseo centrarme en la erogeneidad anal primaria, el ideal correspondiente y el sentimiento de injusticia. En otra ocasión (Plut; 2005) me ocupé detenidamente de las perturbaciones en la figurabilidad de dicho sentimiento como efecto de un trauma social. De hecho, creo que ello constituye un aspecto central en las reflexiones sobre psicoanálisis, sociología y política. Se ha estudiado el valor del procesamiento colectivo del sentimiento de injusticia en oposición a su traducción en resentimiento, repliegue sobre uno mismo o conductas autodestructivas. Sólo la primera de tales alternativas permite que aquel sentimiento adquiera visibilidad (Kokoreff; 2004).
Cuando predomina el ideal de la justicia (o los de la ganancia, la verdad y el amor), la representación-grupo corresponde a las “masas de a dos” (Freud; 1921). Este tipo de configuración vincular da cabida a un modelo y a un sujeto identificado con aquel (ser la “mano derecha”). También puede presentarse un tercero que se identifica rudimentariamente con el sujeto que ha logrado la identificación con el ideal (un esclavo del representante del líder) y otro, por fin, como instrumento que garantiza la identificación del anterior (quien no obtiene reconocimiento alguno). Para el ideal de la justicia el grupo se distribuye entre ciertos rivales que aspiran a consumar un acto vindicatorio heroico, otros que funcionan como instrumentos y otros, por fin, que detentan el máximo poder y de quienes se espera que cedan algo de su goce político (detentado sin equidad y de un modo omnímodo). Los miembros de esta alianza intentan salir de un estado de aburrimiento al tomar a otro como víctima. Para ello, procuran hacerle bajar la guardia desplegando una fachada tras la cual se esconde una segunda intención (Maldavsky; 1991, 1996).
En el apartado sobre las secuencias narrativas presentes en el Prólogo consigné la importancia del ideal de la justicia y distinguí la decisión del Tribunal del deseo vindicatorio de Hitler. En el primer caso, afirmé, se trata de una forma institucionalizada de procesamiento de la erogeneidad anal primaria (guiada, a su vez, por las metas del erotismo anal secundario) mientras que en el segundo caso adquiere una modalidad regresiva. Este comentario conduce a considerar no sólo el contenido del ideal (derivado de la pulsión en juego) sino también su forma, consistente en el mayor o menor grado de abstracción y abarcatividad. Los ideales conservan, proyectada, la omnipotencia del yo y su menor o mayor grado de abstracción los torna más o menos accesibles a la identificación. Ambos caracteres del ideal determinan modos posibles de inserción grupal y de transgresión (ya sea por su forma y/o por su contenido). Dicho de otro modo, un sujeto puede desafiar un contenido específico (en este caso la justicia) o bien cuestionar su abarcatividad a partir de lo cual supone que aquel ideal no le concierne o respecto del cual estaría exceptuado[28].
Para el lenguaje A1 la palabra tiene el valor de un acto que pretende adueñarse de la motricidad ajena (una orden, por ejemplo). Se trata del componente pragmático del lenguaje y sus contradicciones específicas, en particular ese tipo de vínculo (doble vínculo) en el cual quien recibe las órdenes (contrapuestas entre sí) no tiene ninguna de las opciones resolutivas (cuestionamiento o fuga). Recordemos también que la tentativa de consumación del deseo vengativo consiste en el despliegue motor aloplástico cuya finalidad es el doblegamiento de la motricidad ajena.
Maldavsky (1996) agrega que mientras no se accede al restablecimiento de la (presunta) justicia, las escenas de humillación tienen vigencia como si se dieran en un permanente presente y lo mismo ocurre con los esfuerzos ulteriores por alcanzar la venganza. El tiempo siempre presente pone de manifiesto la vigencia de las acciones padecidas[29].
En el nivel de los relatos hallamos una particular combinación de tres lenguajes: A1, O2 y LI. Los dos primeros lenguajes, con sus rasgos diferenciales, ponen de manifiesto el predominio de vínculos narcisistas, en los cuales el otro se presenta como un doble (o bien el yo es colocado como un doble del otro) y aquello que no logra recibir esta tramitación es expulsado, arrojado fuera. El lenguaje intrasomático, en cambio, se presenta como radical oposición a la cualificación y a la diferencia, como degradación de los procesos anímicos y vinculares a la categoría de lo orgánico. La aversión hacia lo diferente puede culminar en una tentativa de supresión de lo vital, dirigida ya sea hacia el cuerpo del otro o el propio.

7. Comentario final
A partir de la investigación de la erogeneidad y las defensas estudiamos el discurso de un líder político para pesquisar las cosmovisiones (en particular, los ideales y representaciones-grupo) las cuales constituyen el fundamento para una psicología política psicoanalítica (Caride; 2006). Consideramos que el nazismo fue un sistema de pensamiento político más que un fenómeno inabordable o inhumano. Por ello acordamos con que no pensar lo que los nazis pensaban frena la posibilidad de pensar lo que hicieron, en cuyo caso aquel pensamiento permanecerá impensado entre nosotros (Badiou; 2005). También debimos encarar dos problemas, uno de ellos advertido por Freud (1938) y derivado de los prejuicios y antipatías (o eventualmente la fascinación) que despierta la persona estudiada. Ello impone el esfuerzo de renunciar a las explicaciones que cumplan nuestros deseos. El segundo problema estaba ligado con nuestro conocimiento acerca de los sucesos posteriores a la escritura del libro, cuando Hitler ya estuvo en el poder. No nos enfocamos, pues, en la significación retroactiva que puede tener un discurso político sino que intentamos estudiarlo prescindiendo de aquella información. En todo caso, apuntamos al valor anticipatorio que pueden rendir este tipo de investigaciones.
Muchas de nuestras conclusiones hallan correlación con observaciones realizadas por otros autores. Se ha señalado que el tipo de fidelidad (camaradería) que exigía Hitler respondía más a una construcción narcisista que a una relación objetal y que la “paz” que perseguía no suponía la reunión armónica (y aun conflictiva) de la diversidad[30] sino aquella que surge de la aniquilación de los enemigos (Merle y De Saussure; 1973). Los mismos autores afirmaron que el proceso decisorio de Hitler se desplegaba creando situaciones cada vez más tensas, seguidas de una descarga de odio hasta llegar a una indiferencia extrema. Por otra parte, ha sido estudiado el nexo entre el desarrollo del nacionalsocialismo y el proceso inflacionario. Este último promovía un sentimiento de humillación que empujaba a endilgarle la responsabilidad (e inferioridad) a otro, a quien se hacía valer cada vez menos (como la unidad monetaria durante la inflación)[31] (Canetti; 1960). Nuestras propias observaciones sobre la forma y contenido del ideal y sobre la significación de los lenguajes anal primario, oral secundario e intrasomático, nos permiten pensar en un tipo de liderazgo correlativo a la descomposición de la pulsión social, la disolución de las identificaciones, la convicción omnipotente del líder y la atribución de los males a la exterioridad. En el tipo de liderazgo descripto el proceso de ligadura de la pulsión de muerte recorre un camino descompositivo: la voluntad de poder se degrada progresivamente hacia la pulsión de apoderamiento y de allí hacia la pulsión de destrucción (Freud; 1924, Maldavsky; 1991).
Un aspecto decisivo en nuestra investigación, pues, estuvo dado por la elección del método (ADL). Este enfoque teórico y metodológico considera que cada erogeneidad es una fuente de significaciones específicas que se manifiestan como cosmovisiones. El nexo entre las hipótesis teóricas y las manifestaciones, por un lado, y la categorización de rasgos diferenciales, por otro, constituyen la contribución del ADL a los estudios de narrativas en general, y a las cosmovisiones como forma de estudiar los procesos y producciones psicosociales en particular. En suma, podemos afirmar que el algoritmo David Liberman resulta un método eficaz para estudiar las cosmovisiones (en este caso políticas) en su función de organizadoras de la significatividad, de fundamento de las decisiones, de la continuidad temporal, de la generación de proyectos, del establecimiento de nexos laborales y afectivos y de las posiciones en relación con el poder.

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[1] Publicado en Revista Subjetividad y procesos cognitivos, N° 10, IAEPCIS-UCES.
[2] Doctor en Psicología. Profesor de la Maestría en Problemas y Patologías del Desvalimiento (IAEPCIS-UCES). E-mail: stplut@ciudad.com.ar
[3] Además de una teoría sobre el psiquismo, la psicopatología y su enlace con la clínica, consideramos que el psicoanálisis constituye una ontología general y hace de base para el desarrollo de las ciencias que toman como fundamento los procesos subjetivos (Laclau; 2005, Maldavsky; 2001b).
[4] En psicoanálisis hallamos otros instrumentos que estudian las narraciones. Entre ellos, puedo mencionar el CCRT desarrollado por Luborsky y Crits-Christoph (1990), que procura detectar los deseos del sujeto, las respuestas del objeto y los efectos de estas en el sujeto, y el MCT, expuesto por Mergenthaler y Bucci (1993), que presta atención a las evoluciones clínicas evidentes, expresadas en el pasaje desde el énfasis en los estados afectivos hacia la actividad reflexiva. Desde la psicología cognitiva Brunner (1990) propone el relato o narrativa como una metáfora psicológica de mayor valor que la de la computadora, la rata de laboratorio o el científico ingenuo.
[5] Creí conveniente, pese a su bajo porcentaje, considerar el valor del lenguaje anal primario. Tenía presente que el diccionario computarizado puede no detectar las prevalencias de un modo directo en los discursos en los que prevalece la desmentida (tal como ocurre cuando predominan los lenguajes anal primario, oral secundario u oral primario). Sobre ello, dice Maldavsky: “la limitación mayor del programa que advertimos hasta el momento consiste en que no detecta con facilidad el lenguaje del erotismo sádico anal primario, sobre todo cuando predomina la desmentida. Así ocurre con pacientes transgresores o psicópatas, que poseen un afán vindicatorio secreto, una segunda intención que suelen enmascarar con una presentación fenoménica correspondiente a otro lenguaje del erotismo, muy a menudo acorde con el que el interlocutor desea para sí. En tales casos es necesario recurrir a otros caminos, complementarios, para investigar el discurso, tomando en cuenta, por ejemplo, si lo dicho se atiene al contrato y las metas que se han establecido explícitamente, etc., pero entonces el nivel de análisis es otro, la estructura-frase” (2004, pág. 95).
[6] Con la “propaganda” (A1) Hitler recurre a una trasformación pasivo-activa: pasa del lugar de víctima de aquella al de agente del mismo instrumento. No lo cuestiona ni lo sustituye por otro más complejo, sino que sólo invierte las posiciones.
[7] El enlace entre ambos lenguajes (A2 y A1) tiene en cuenta que “ciertos comentaristas políticos tienen una apariencia de objetividad con la cual pretenden disminuir la desconfianza ajena” (Maldavsky; 2004, pág. 153). El problema se presenta no tanto cuando el relator narra una historia que evidencia la desmentida sino cuando la misma es desplegada en el acto de narrar, cuando la desmentida está dirigida a la capacidad pensante del destinatario del relato. Vasilachis (1996) refiere que la apelación a valores socialmente compartidos dificulta la posibilidad de oponerse a ellos; argumentación que produce un entrampamiento padecido por el destinatario del discurso.
[8] En un mismo relato suelen coexistir diferentes lenguajes del erotismo y, por lo tanto, presentarse más de un ideal, estado afectivo, etc.
[9] Sobre los estados afectivos inherentes a la erogeneidad anal primaria me pregunté sobre la humillación y el aburrimiento. Conjeturaba (tal vez excesivamente) que la humillación debía estar presente al momento de la reclusión. Finalmente, concluí que el acto de escritura le permitió pasar de una escena disfórica A1 a una escena eufórica A2. Eso implica también que en lugar de estados (por ejemplo, aludir a un aburrimiento sin fin) se ponen de relieve las acciones (decisiones en torno del libro).
[10] Los “adheridos de corazón” no aparecen como miembros orgánicos de un partido político, en cuyo caso podría corresponder a una significación A2 y/o A1.
[11] En tal caso la erogeneidad A1 queda orientada por la erogeneidad A2.
[12] Se han realizado diversos estudios en torno de las diferencias entre los resultados en uno y otro nivel de análisis y una de las conclusiones ha sido: “Differences between the results of the computerized analysis and those obtained from phrases and narration analysis coincide with the prevalence of certain defenses facing reality, judgments and affect but no of defenses in front of desire. We don’t know if this conclusion can be generalized beyond the present research. It would be worth reconsidering this issue in subsequent investigations” (Maldavsky et al.; 2005, pág. 263).
[13] “On the narration level the context is inferred by the speaker’s descriptions. He may refer to a family scene, his relationship with his boss, with a friend, with the police, with a priest, with students, with his enemies, etc. Each context has it goals and rules, usually implicit, that determine functions, hierarchic relationship and concrete practices. The speaker acts in each context guided by his wishes. This aspect is as decisive as the respect of the implicit or explicit rules, etc. Actions according to contextual exigencies and disregarding wishes (of love, justice, aesthetic harmony, etc.) are failed solutions, as are the opposite, consisting in action guided by wishes and going against contextual rules” (Maldavsky et al., 2005, pág. 92).
[14] Probablemente las frases “debía comenzar aquel día mi reclusión” o “escrito en el presidio” expresen parte del retorno de lo desmentido.
[15] Ver nota al pie 5.
[16] Como este capítulo es más extenso y complejo que el Prólogo me centraré en el análisis de la erogeneidad en las redes de signos y secuencias narrativas.
[17] ¿Acaso el afán de Hitler por fusionar la patria austro-alemana, habría constituido una vía para desafiar o abolir la figura del padre en tanto “aduanero”? La respuesta requiere del estudio de la biografía de Hitler, pero tengamos presente que la voluntad de arrasar con el padre es una hipótesis que sostienen Merle y De Saussure (1973). Leupold-Löwenthal refiere que en esa época (1920-30) “se estaba discutiendo la desaparición de las aduanas entre Alemania y Austria” (2000, pág. 15).
[18] El problema del destino constituye un punto de reunión entre Hitler y su padre: ambos parten, siendo jóvenes y sin dinero, hacia Viena con el propósito de ser “algo mejor”. Por otro lado, Hitler comienza su capítulo diciendo “Considero una predestinación feliz haber nacido en la pequeña ciudad de Braunau…” y lo finaliza con una frase similar.
[19] Un nexo similar concluimos en el análisis del Prólogo.
[20] Este punto también importará en las secuencias narrativas sobre las vicisitudes de Hitler, pues allí el autor destaca el hecho de no contar con dinero para su subsistencia. Recordemos también que del análisis del Prólogo hemos derivado un interrogante en torno del valor que podría tener el lenguaje intrasomático.
[21] Recordemos que en el análisis del Prólogo nos hemos preguntado si los “adheridos de corazón” correspondían a posibles objetos entregados en sacrificio.
[22] En este fragmento la referencia a la madre es muy acotada, quien queda localizada como un personaje que permanece en el hogar dedicada cariñosamente a sus hijos.
[23] Merle y De Saussure (1973) ven en esta enfermedad una simulación histérica.
[24] Ello recuerda el imperativo edípico que señala “así como yo has de ser pero así como yo no has de hacer”.
[25] Su “voluntad inquebrantable” y el carácter “inflexible” del padre ponen de manifiesto la posición de un sujeto que no se deja doblegar ante personajes abusadores (ya sea, en los altercados violentos con sus condiscípulos o bien respecto de su padre). Por otra parte, la semejanza con el primer relato es notable en cuanto al circuito: afán vengativo à hambre-astenia à afán vengativo.
[26] Esta significación se desprende de considerar la función del texto como manifiesto político.
[27] Los destinatarios de un líder pueden ser múltiples. De hecho, en el discurso estudiado diferenciamos dos destinatarios (los lectores y los acusados). Un político puede dirigirse a sus allegados y, al mismo tiempo, enviar mensajes a sus rivales, etc.
[28] Véase Freud (1916) y Maldavsky (1991).
[29] Al comienzo del estudio del Prólogo distinguí entre una historia previa (“muchos años de ininterrumpida labor”, desarrollo del movimiento nacionalsocialista, su propia evolución) y otra iniciada a partir de la reclusión (“comenzar aquel día mi reclusión”, “iniciar una obra reclamada por muchos”, exponer una doctrina que pueda luego ser propagada, aportar la piedra fundamental). El Prólogo resulta el momento presente en el cual se alude al pasado y al mismo tiempo al futuro (el hecho que parece dividir aguas es el inicio de la reclusión). Observemos los tiempos verbales utilizados por Hitler: 1) “fallo dictado por el Tribunal”; 2) “debía comenzar aquel día mi reclusión”; 3) “así se me presentaba por primera vez”; 4) “una obra reclamada por muchos y que yo mismo consideraba útil”; 5) “me había decidido a exponer”; 6) “he querido asimismo”; 7) “destruir las tendenciosas leyendas propagadas por la prensa judía”; 8) “al escribir esta obra no me dirijo a los extraños”; 9) “ansían penetrar”; 10) “bien sé que la viva voz gana”; 11) “todo movimiento trascendental debióse”; 12) “es indispensable”; 13) “quede expuesta”; 14) “poder después sostenerla y propagarla”; 15) “partiendo de esta consideración”; 16) “el presente libro constituye”; 17) “que aporto a la obra común”; 18) “escrito en el presidio”. Las citas 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7 están escritas en tiempo pasado. Las citas 8, 9, 10, 12, 13, 15, 16 y 17 están expresadas en tiempo presente. La 11 alude al pasado en forma impersonal, la 14 reúne presente y futuro y la 18, finalmente, recupera la forma pasada. La enumeración precedente permite advertir dos “pasados”, uno indicado por los tiempos verbales, que, en realidad, coincide con el presente (la imposición del Tribunal y las decisiones en torno de la escritura), y otro evocado (por ejemplo, “muchos años de ininterrumpida labor”, el desarrollo del movimiento nacionalsocialista, la propia evolución personal de Hitler o los grandes movimientos trascendentales en el mundo). Así, el tiempo presente queda amalgamado con el futuro en un presente eternizado (una sola frase está en tiempo futuro, cuando dice “será posible aprender”).
[30] Para la creación de la afinidad en la diferencia véase Freud (1920) y Maldavsky (1996). Recordemos también que para Freud (1915a) el primer opuesto del amor es la indiferencia, que alude a lo no significativo y a lo no diferenciado.
[31] En alguna ocasión escuché que una propaganda del período nazi afirmaba que la culpa de la crisis económica la tenían los ciclistas y los judíos. Ante el absurdo del anuncio, la gente tendía a preguntarse por qué los ciclistas, al tiempo que se instalaba y naturalizaba la presunta responsabilidad de los judíos.